¿Cúal es la situación de su sello Blackflag? Bueno, de momento he parado mi producción y por ahora el proyecto se está centrando en artistas que provienen principalmente de Argentina y de Londres. En principio, el sello tienen previsto editar una recopilación mezclada por mi con los mejores tracks extraídos del sello. Después de esto saldrá a la venta un 12″ producido por mi. Al principio todo lo que editaba Blackflag estaba sujeto a mi producción pero ahora la gente está creando muy buena música y quiero delegar para disfrutar de la música de otros.
Se les critica a los productores americanos que no estén abiertos al exterior, por ejemplo a sellos europeos. ¿A usted que le parece este posible ensimismamiento de la factoría tecno norteamericana? Bueno, para empezar no me gusta hablar de tecno o de house porque a mi lo que realmente me gusta es la música. Lo que puede herir la escena en general es el hecho de etiquetar la música. Es obvio que hay muchos clubs que ofrecen muchos tipos de música diferente y que sería contraproducente colgar un cartel en la puerta que diga: “Club de tecno” o “Club de house”. Estoy interesado en lo que está ocurriendo en la escena electrónica en general, al margen de etiquetas y de localizaciones geográficas.
Usted ha estado siempre enamorado del Italo que se producía en los 80’s. ¿Le pasaba lo mismo a los productores que conoce en Detroit? Si, muchos de nosotros aprendimos a mezclar con discos de Italian House de gente como Capricorn o de Gaucho, por ejemplo. Es un estilo que siempre me ha interesado porque de alguna manera es como el inicio de un progressive con el que se podía utilizar la mente. Deberíamos volver a la filosofía de los 80’s. Parece que se ha vuelto a poner de moda. Más que de moda creo que su vuelta es una evolución. Todos los estilos vienen y se van así que mo me estraña que el electro o el sonido ochentero estén en plena ebullición porque este tipo de experiencias es lo que hace crecer la música. Los estilos vuelven para renovarse con los sonidos más contemporáneos.
¿Qué ha sido del espíritu de la Motown que empujó a los productores de Detroit a hacer aquellos temas tan fabulosos? Bueno, el espíritu está latente aunque no se vean grandes progresos. La verdad es que las nuevas generaciones están empujando aunque yo personalmente creo que no han tenido las mismas experiencias que sus progenitores. Además, los jóvenes americanos piensan en términos de microndas, es decir todo lo quieren rápido y para ya mismo. La filosofía de la Coca-Cola y el Mac Donalds está muy interiorizada entre los más jóvenes. Bueno, pero a los jóvenes de Detroit les dará por hacer algún tipo de música. Si, actualmente se lleva mucho lo de experimentar con samplers, cuando te recuerdo que nosotros al principio no los utilizábamos en absoluto. Y creo que motivado por lo que te contaba antes, porque los jóvenes quieren obtener resultados muy rápido y no hay nada más inmediato que coger un trozo de un tema jazz ya grabado e insertarlo en un tema.
Precisamente el jazz ha sido saqueado por nuevos productores a veces con muy poco miramiento. Bueno, es que sólo cuando creces te das cuenta del significado de muchas cosas y de que, por ejemplo, no se puede jugar con el jazz de cualquier manera. Maduras después de haber escuchado mucha música y es entonces cuando te das cuenta del esfuerzo que supone componer jazz y de que no puede ser tratado de cualquier manera. Cuando produces tienes que poner mucho empeño en saber hacia donde quieres ir y que emociones quieres hacer aflorar en la gente que te va a escuchar.
Está claro que el techno ya no es underground pero todavía no sabemos si eso es bueno o malo. Una parte de mi trabajo se centra en viajar por ahí e investigar los gustos de la gente. Entonces si un tema acaba siendo comercial tampoco pasa nada porque la música debe ser universal y hacer disfrutar a cuanta más gente mejor. También es cierto que los clubes oscuros con música negra tenían su gracia y yo mismo disfrutaba en ellos. No sé, es una historia que tiene dos caras y yo he vivido las dos y te puedo decir que ambos puntos de vista son legitimamente defendibles. No se trata de desechar uno u otro, si no de mantenerse en una postura intermedia. ¿Cómo va su relación con Derrick May? Pues te puedo decir que hablamos por teléfono casi cada día. Me llamó hace dos días y le expliqué que venía para España y me dijo que me acompañaría pero al final no pudo por cuestiones personales. Podría explicar cúal es para usted el grado de importancia de May, Saunderson y Atkins en todo esto que llamamos tecno. En Detroit los llamamos “The Big Three”. Ellos lo son todo para esta industria aunque los regeneradores del tecno a veces lo olvidan. Para que toda música triunfe debe estar apoyada por una fuerza que la sustente. Afortunadamente, detrás del tecno existe una fuerza muy poderosa que evita que esto se pueda parar algún día. Y en Detroit el tecno nació de la pasión de estos tres hombres. Estos tres personajes son los responsables de la eclosión global del tecno. Piensa que ellos ya viajaban por todo el mundo en el 86 o 87. Ellos crearon una escena que, por poner un ejemplo, no existió nunca en Inglaterra. Eso es cierto. Bueno, pero tampoco podemos olvidarnos de Kraftwerk, otra de sus referencias. Si, claro. No dejaba de escucharlos por la radio. Eran una banda que siempre intentaban hacer buena música. ¿Y a usted no le ha dado por el nuevo electro? No, como no me atrae demasiado no puedo aportar nada nuevo al estilo.
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